Hoy estoy demasiado cansada.
No es un cansancio físico, sino psicológico.
A veces, cuando tienes un mal día y discutes con mucha gente por diversos motivos, todos ellos distintos, te empiezas a plantear si el problema de todo eres tú.
Si todo lo que dices y haces daña a otras personas.
Personalmente no me gusta discutir con la gente, me siento vacía. Y el corazón me palpita de una manera extraña.
Después de ver las noticias, y ver una y otra vez las imágenes del terremoto de Japón (hoy hace un mes), me he dado cuenta de algo. ¿Por qué no disfrutamos del momento? ¿Por qué el mundo se empeña en hablar del futuro? ¿Por qué la gente intenta atraparnos en una jaula de cristal, cortándonos las alas?
Yo quiero vivir el presente, el momento… sin pensar en nada más. No quiero sufrir, quiero ser feliz, captar el instante.
Y hoy quiero estar contigo. Hoy más que nunca quiero estar contigo. Y me apetece besarte de nuevo, porque aquella sensación nueva, inocente y sorprendente que nos cogió por sorpresa fue uno de esos instantes de felicidad. Repitámoslo en el presente, olvidándonos del futuro que vendrá.
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