“I’m losing you forever…”
Al final he vuelto a sentirlo. He vuelto a dejarme llevar por mis más íntimos deseos y dejé que rozaras mis labios con tu dulce veneno. Quiero que sepas que estás dulcificando mi lenta agonía. Me estás matando poco a poco… porque tú juegas conmigo.
Y yo me miento. Me miento cuando digo que yo también lo hago contigo. Miento cuando digo que no te quiero. Miento cuando espero que no me toques. Escondo mis sentimientos bajo palabras hirientes porque tengo miedo. Miedo de que veas que aún sigo enamorada de ti. Miedo de que vuelvas a jugar conmigo… y lo que es peor, con mi consentimiento.
Ayer quise besarte innumerables veces, y es que no entiendo qué demonios haces conmigo. No me explico esa terrible dependencia que tengo de ti. No comprendo la soledad en la que se encuentra mi cuerpo cuando tú no estás cerca de mí con esa sonrisa.
No quiero echarte de menos. No quiero que seas así conmigo. Por favor, hazme daño, trátame de manera borde y estúpida. Así podré odiarte. Porque aunque diga que lo hago, no te odio ni si quiera un poco.
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